lunes, 19 de marzo de 2012

ACCIÓN DE GRACIAS DE LA MISA DEL ENCUENTRO DE EX-ALUMNOS

A petición de algunas personas subimos la acción de gracias que se leyó en la eucaristía.

Hoy, es un día para echar la vista atrás y recordar todo lo vivido en este colegio. Tantas son las experiencias, los amigos, profesores, religiosas… que han dejado huella en nuestro corazón.
 Gracias Señor por hacer de Nazaret un lugar de interioridad, de preparación, estudio, oración, y lo más importante, su belleza simple, austera y su carácter sagrado.
 ¿Cómo explicar, Señor, las emociones que despierta este colegio y el estar ahora en este patio?
Con el paso de los años este colegio en el que tantos hemos crecido sigue conservando su identidad. Con el drago y la palmera, sigue acogiendo generación tras generación  los momentos importantes en la vida escolar; siempre que hay algo que celebrar acudimos a él y aquí  nos reunimos todos, como ahora: alumnos, profesores, monjas, personal no docente, padres… y hoy, exalumnos.
Hoy queremos agradecerte, Señor, 75 años de crecimiento. Desde aquellas primeras generaciones que hoy ya son abuelas y hasta bisabuelas, aquellas niñas de elegante uniforme que venían al colegio de las monjas cuando sólo había  la carretera vieja,... la guagua de Polo.... y el coche de Lucio...el cine de arriba y el cine de abajo…    hasta los jóvenes de hoy, que se graduaron el año pasado y aún tienen la vida por delante…todos sabemos que nuestras raíces están en este colegio. El conjunto de vivencias que ha conformado nuestra vida pasa para unos por la antigua casa y la querida capilla,  por el salón de Cande o el pabellón nuevo en las primeras clases, por el recuerdo de un mono colgante que tiraba de los pelos y por los musicales en las últimas generaciones
No solo vinimos a estudiar, también nos divertíamos: convivencias, excursiones, viajes, Semana de la Familia, festivales, la tuna…musicales, proyectos, montañismo, encuentros de canto…
Pero el colegio no son solo actividades o libros, Señor. Aquí hemos vivido la ilusión del primer día, la emoción de los primeros amigos, la pequeña dificultad del suspenso, la sabiduría, el consejo y el consuelo de algunas profesoras, la vivencia de la fe….
Gracias Señor, por tantos años de vivencias y valores que nos han configurado. Gracias por tantas personas que han sembrado el bien.
   Somos lo que somos gracias a nuestra familia, sí, pero también  a la “gran familia de Nazaret”, claro ejemplo de fe, valores y compromiso. Una familia que no ha dejado de crecer y de fomentar la educación basada en un modelo a seguir, como fue la familia de Jesús, María y José.