domingo, 11 de diciembre de 2011

                            RECUERDOS

                                                                           M. MARÍA JESÚS FRAGA



Cuando llegué a Canarias en barco, como era normal en la época pensé encontrarme con un : “ vergel , paraíso sin par”… y la montaña de Güímar me pareció árida, parduzca… Meses después despertaba en mi la admiración y un enorme cariño.
Yo llegaba como superiora novata y ese año se estrenaba también, como directora, M. Belén. Ella era muy creativa y con un grupo de niñas mayores, que fueron muy significativas, y se apuntaban a todo lo que se le ocurría a ella movilizaron el cole y siempre estábamos en algún rollo. Eran Ana Teresa González, Remón, Montse Chávez, Mayra, Pino la rubia, Pino la morena, María Ángeles, Milagros, Carmen Alicia… y otras muchas. El cuerpo de profesoras, muchas de ellas exalumnas, tampoco se quedaban rezagadas así que trabajábamos y nos lo pasábamos bien.
Quizás nuestras fiestas no estarían a las de la altura de hoy, pues en todo se mejora, pero ya en la época no pasaban desapercibidas ni los diseños de Rosita, Sasy y compañía , ni las coreografías de Olga Rodríguez cuyas competiciones a nivel de isla dejaba chicos a los colegios de Santa Cruz y la Laguna. Los ratos alrededor de las guitarras que a veces se prolongaban hasta hacerse oscuro y que ya los papás no decían nada ni preguntaban porque sabían dónde estaban sus hijas. Las salidas de montañismo a las que se agregaron unos jóvenes: Hipólito, Suso y Lorenzo que, aunque no eran alumnos si colaboradores de esas hazañas, daban cierta confianza pues siempre podían sacar de apuros si llegaba a haber inconveniente
Cuando casi no se viajaba, Belén organizó con las que terminaron sexto, una excursión a la Península que duro 4 semanas: Cataluña, Galicia, Centro de España y Andalucía, con autobús del cole y el Sr. Manuel al volante, cuyo interprete y ayudante era Pily; de este viaje conservo una serie de recuerdos graciosos, fue todo un record , recuerdo el precio 16.200 pts. por persona, INOLVIDABLE!!! Trabajamos para conseguir los fondos como locas, todas, hasta vendimos en las fiestas de S. Pedro, pinchos y bebidas en un ventorrillo improvisado, en los bajos de la casa de Carmita Campos que generosamente nos prestó su casa para la ocasión.
Recuerdos entrañables: los belenes y la originalidad anual en la ornamentación de todo el colegio, las campañas de la Navidad del pobre, las cenas de Navidad con el intercambio de regalos, minuciosamente preparadas con mucho detalle y distintas cada año; los primeros años se hacían en alguna de las clases de la entrada del pabellón nuevo – hoy primaria- y luego, cuando pudimos, en el comedor nuevo, fue todo un triunfo . La verdad es que pensar en la cantidad de internas que comían en el antiguo comedor resulta increíble. Las famosas alfombras de Corpus hechas con polvo de marmolina que nosotras mismas teñíamos con anilinas de distintos colores a las órdenes de la ilustre diseñadora M. Belén. (Las uñas de Pily, tintorera profesional, no se podían mirar durante muchos días después). Los madrugones de ese día para terminarla antes de que calentase inclemente el sol y las luchas contra la brisa para que no deshiciese nuestra obra antes de que pasase el Santísimo y pudiese ser admirada. De los dolores de espalda que quedaban por pegarnos tanto rato en unas posturas raras ni cuento, pero tanto las monjas como las profes que ayudaban y las alumnas disfrutábamos mucho, y lo hacíamos en un clima de verdadera camaradería.

M. Amparo Rojo atendía con Pily el preescolar y recuerdo con afecto los finales de mayo en los que ponían a la Virgen engalanada y con unas andas improvisadas hacían su procesión en el patio del cole.
Las meriendas de los martes en el Campito, en los que la famosa Dilayla era la que encabezaba la fila a la ida y la cerraba al regreso no dejando que ningún pequeño quedase despistado por allá.
Las primeras comuniones en San Pedro cuya responsable de la preparación de la ceremonia y canto corría a cargo de la H. Soledad Rodríguez; D. Tomas, fue una persona muy querida y que nos permitió trabajar con seguridad de que él respondía ante la Inspección por el cole y aunque fueran horas del Instituto, se personaba arriba en Chacaica cuando lo necesitábamos.
Los médicos D. Néstor Marrero y el Dr. Sedano fueron puntales para la comunidad, especialmente en su trato con las mayores
Una hermana de la que guardo muy buen recuerdo es de la H. Presentación Padilla. Creo que la delicadeza y la prudencia eran innatas en ella. Conmigo fue extremadamente maternal y delicada y se preocupaba así por todas las hermanas de la comunidad.
La H. Remedios González era un torbellino; cuidaba mucho de su huerta y a veces protegiendo lo cultivado se olvidaba de que en casa eran un montón de niños y ponía unas protecciones muy inadecuadas. Recuerdo el enorme disgusto de Belén un domingo al venir de la otra casa a la capilla ( dormía con las internas). Aquel día Remedios se había levantado con ánimo y había dejado el ficus de la entrada de la casa, que era enorme y precioso, totalmente expoliado: tres ramitas mal contadas. Nunca creímos que aquel árbol se volviese a rehacer y realmente al poco tiempo estaba nuevamente bonito.
La verdad es que son muchas las personas que me vienen al corazón al rememorar Güímar: Tere Gómez, que se casó en el cole en tiempos de M. Luisa Gómez, cuyas hijas se educaron también con nosotras hasta el final, haciendo su carrera en la residencia de la Laguna. Frasquita, de Arafo, que en aquellos tiempos era también profe, Dolo Gutiérrez, Tere Gómez Carmita Aguilar, Charo, Rosa, Pilo, Olga Alegre, Carmen Concha, Las del Kilo, Mari Carmen la de la “Sagrada Familia”, Celi, Las Chávez de Arafo y todas las compañeras de allí. Mundita y sus hijas, Carmen Rosa la de Arafo, hermana y sobrina, Maria Jose Bello, Itziar e Irache Jorda, Rosa Pura, las hijas de D. Nestor ….. y muchísimas más …. Personas como D. Radames y su esposa, Dña Pilar Gómez, D. Salvador Miralles, Niceto, D. Anselma la cocinera, las limpiadoras y por supuesto Manuel y su guagua; Olga Rodríguez, la mamá de los Rodríguez de Vera, Isabel , el Papá de Suso, Liborio, que nos regalaba cada año el polvo de marmolina, el señor de la Sagrada Familia que nos regalaba los plátanos. D. Vicente, el de Arafo, Nijota
Hay mucho más en mi corazón. Muchos nombres, muchos sucesos. Sólo me queda decir que mi gratitud para todos aquellos que forman la historia del colegio se convierte, desde lejos (estoy en Paraguay) en oración.
¡Felicidades, querido Santo Domingo!