HISTORIA DE LA FUNDACIÓN DEL COLEGIO SANTO DOMINGO (I)
Mientras en toda España siguen cayendo bombas, M. Pilar Mas, en Génova, recibe escasas noticias de las religiosas que la guerra ha dispersado. Todos los colegios – Aiguafreda, que es también Noviciado, Colegio Ntra Sra de los Ángeles , Colegio Montserrat, Colegio Núria, Colegio San José, Colegio Nazaret en Esplugues y Casa Nazareth en Madrid - han quedado abandonados. Algunos son cárceles populares, otros residencia de comités revolucionaros, otro ha sido bombardeado totalmente y no quedan más que ruinas. En Génova está M. Pilar Mas, superiora General, y M. Soledad Cros, Procuradora General. En Roma el número de religiosas es algo mayor: M. Loreto Pascual, M. Teresa Mascaró, M. Carmen Alujas, M. Providencia Lázaro, M. Isabel Roca, M. Asunción Galiana, M. Assumpta Niell y M. Matilde Masramón. Tanto unas como otras residen en casas religiosas pues son miles los sacerdotes y religiosas que han huido a Italia.
M. PILAR MAS, SUPERIORA GENERAL |
Desde Roma – adonde va a visitar a las otras religiosas- M. Pilar Mas hace gestiones para regresar a la península. Pero Franco sólo admite a los que tienen casa en “zonas liberadas” o nacionales y ese no es nuestro caso. Un sacerdote jesuita – Ignacio Cantarell- sugiere a M. Pilar Mas que escriba a los obispos de las zonas nacionales ofreciéndose para fundar. ¡Fundar en plena guerra!. No parece la situación ideal pero M. Pilar no duda: escribirá a todos los Obispos…y el primero que conteste, dice a sus monjas, será el que tendrá la fundación nueva en su diócesis.
FRAY ALBINO MÉNÉNDEZ REIGADA, OBISPO DE TENERIFE |
El primero en contestar fue Fray Albino Menéndez Reigada, obispo de la diócesis nivariense. Y no quería una fundación sino dos: una en Güímar y otra en San Miguel de Abona. Así lo escribe al P. Ignacio Cantarell que fue quien gestionó todo el proceso como cosa propia:
Obispo de Tenerife 28 -III – 1937
Rdo P. Ignacio Cantarell
Muy estimado P. Recibo su grata del 15 y me alegro yo también de poder facilitar a esas monjitas algún refugio en que poder continuar su vida de apostolado y perfección religiosa. Ya pueden embarcar para acá, cuando quieran, nueve o diez para dos casitas, una en Güímar y otra en S. Miguel. Podrán estar por ahora cuatro o cinco religiosas en cada una. Son casas alquiladas y por ahora la cosa no da para más. Si se contentan con fundacionitas así, de cuatro o cinco religiosas, creo que aún podrán venir más para algún otro pueblo. Este momento es muy malo pues la crisis económica aprieta mucho, pero creo que Dios no nos faltará. En fin, cuando nos veamos hablaremos. Confianza en Dios y adelante. Supongo tendrán ahí modo de pagarse el viaje. En caso contrario avisen y haríamos lo que pudiéramos, aunque para girar al extranjero habría dificultades. Avisen aunque sea por telegrama o radiograma la llegada. Para las monjitas y para V, querido P., una bendición cordialísima de su affmo. Fr. Albino O.P “.
Canarias les sonó a las religiosas lejísimos. Una aventura vaya. Miraron mapa. El 13 de marzo de 1937 es la fecha prevista para embarcar rumbo a lo desconocido. Pocos días antes M. Pilar debe ser ingresada. Ante su disgusto el médico le prohíbe que viaje. Así que dice a las “romanas” que viajen vía Lisboa y esperen allí hasta que ella pueda recuperarse y embarcar. Con ella se queda M. Soledad Cros y está previsto que los dos grupos – el romano y el de Génova- se encuentren en Canarias.
Las “romanas” salieron en tren hacia Nápoles y durmieron en casa de unas religiosas. El día 14 embarcaron en el “ Saturnia”; atracó el barco en Palermo y aprovecharon para visitar la catedral; la siguiente parada fue en la Argelia francesa y también allí descendieron para visitar brevemente la ciudad. La emoción embargó al grupo cuando, de nuevo en el “ Saturnia” divisan tierras de España. Finalmente, llegaron a Lisboa el 18 de marzo. El día 20 se trasladarán a Oporto y de allí a San Martín de Gaya, convento de religiosas Doroteas, donde residen hasta el 7 de junio de 1936.
El día 4 de mayo M. Pilar Mas solicitó al obispo de Vic, Dr. Juan Perelló, autorización para la fundación de Güímar y el día 12, casi a vuelta de correo, el obispo enviaba su autorización. Por fin, el 15 de mayo salen de Italia M. Pilar Mas y M. Soledad Cros.
El día 17 llegan a Mallorca, el 20 a Málaga, donde embarcan en dirección Sevilla. Allí se enteran que no es posible viajar desde allí a Canarias, así que regresan en tren a Cádiz donde, sin dinero ni permisos, consiguen embarcar gracias a algún bienhechor anónimo. Rumbo a Canarias. Rumbo a una nueva etapa que, por lo desconocida, ilusiona y atemoriza. No conoce de Güímar y San Miguel de Abona más que lo que el P. Ignacio Cantarell le ha indicado. No sabe qué casa tendrán, cuándo llegarán las otras religiosas. Pero es la oportunidad de “restaurar” el Instituto.
(CONTINUARÁ)