lunes, 27 de febrero de 2012


RECUERDOS (IV)         M. Belén Aragón


Recordar es rescatar de la memoria del tiempo aquello que aún hoy nos sigue configurando. Y con el tiempo, viene el precioso regalo de aquellas personas que nos han marcado para siempre. Nunca podremos retribuir el bien recibido.
Vienen a mi recuerdo rostros de religiosas, profesores, padres de familia, personal obrero, alumnos, exalumnos que me hicieron sentir a Dios cercano, a todos ellos mi admiración y mi agradecimiento.
Para mí, Guímar no fue sólo un tiempo y un lugar sino también una experiencia de encuentro y una experiencia de vida.
         Pero remontémonos a agosto de 1969. Ese año formábamos la comunidad de Guímar: M. Mª Jesús Fraga, superiora, Hna. Presentación Padilla, Hna. Remedios González, Hna. Amparo Rojo, Hna. Soledad Rodríguez (la canaria) y Hna. Remedios García y yo.
            Estuve de directora en el colegio desde 1969 al 1978 que fui destinada al Colegio Ntra. Sra. de los Ángeles, Barcelona. Un año después, fui destinada al Colegio “Sagrada Familia” de Los Llanos de Aridane. La Palma.
            Llegué al colegio Santo Domingo con M. Mª Jesús Fraga. Las dos nos estrenábamos; ella de superiora y yo de directora.
            En el colegio estaba de director Don Tomás. ¡Mucho tengo que agradecer sus informaciones y enseñanzas a nivel humano y educativo! Más allá de las palabras están los gestos, las acciones concretas, las presencias oportunas... ¡Gracias Don Tomás por su entrega generosa y silenciosa a Nazaret! Supo hacer el bien sin hacer ruido. Seguro que estamos de acuerdo mucha gente.
           
Durante este tiempo, el colegio tenía internado. Llegamos a tener 75 internas de todas las edades distribuídas donde podíamos ya que la demanda de plazas era grande, debido a la escasez de centros de secundaria en el Sur. Las internas eran el centro de todas las actividades. Las externas, eran tantas las ganas de estar en el colegio que inventaban cualquier cosa para quedarse al mediodía y por la tarde. El patio, era el lugar de encentro lúdico para todas ellas. Nunca estaba vacío. Allí se pactaban permanentemente las citas de internas con externas para hacer los deberes, tocar la guitarra, ensayar bailes, divertirse, conversar.
Tengo que decir que las alumnas fueron excepcionales. Nos tocó “en suerte” un lote hermoso. Todas eran buenas alumnas, muchas, buenas estudiantes y con muchos valores. Todo lo que se les proponía les parecía estupendo. Allí inicié el montañismo que me dio bastantes quebraderos de cabeza en sus inicios con los fines de semana. No por las alumnas, sino por los padres que no entendían el porqué tenían que quedarse fuera de casa. Bastaba con la excursión de un día. Las alumnas no pensaban lo mismo.
Recuerdo que participaban en todos los concursos, allí donde se presentaban arrasaban con todos los premios; villancicos, gimnasia rítmica, concurso de coca-cola, etc. Tanto M. Soledad Rodríguez –la canaria- como Olga Rodríguez, la profesora de gimnasia supieron sacar de las niñas lo mejor de sí mismas con tesón y sacrificio.
¡Cuántos recuerdos me vienen a la mente! Muchas cosas vienen a mi memoria, pero cada rincón del colegio habla por si sólo, del bien hecho y de tanto amor recibido
Recuerdo con gozo los Ejercicios Espirituales en el Mirador con Julio y Marcelino, la primera salida a Masca cuando aún no había carretera asfactada, a Don Arias, nuestro guía, a  Don Pedro el alcalde que nos dejaba entrar en su finca a comer todas las naranjas que quisiéramos, la excursión de un mes en barco a la península con nuestra guagua y Don Manuel, el paisaje lunar, Santa María del agua donde también hicimos Ejercicios, los campamentos en la Gomera, en la Caldera, en Lanzarote, en el Hierro, en Punta Anaga y en Masca donde me prometió M. Evelia Luis que jamás me volvería a acompañar por el miedo que pasó subiendo por la tarjea todo  el barranco seco desde la playa.
Recuerdo con cariño a Hipólito a Lorenzo y a Jesús que fueron mis asiduos acompañantes en las inspecciones de los lugares que íbamos a ir de montañismo. Con ellos hacía la primera exploración del medio para llevar al grupo de montañismo sin peligro y controlar el tiempo.
            ¿Qué decir de las profesoras?; Teresa Rodríguez, Rosa Bello, Delia, Franquita, Sasi, Rosita, Rosalía, Munda, Pily, Pura, Conchita, Carmen Concha, Isabel Fariña, Maritza, Antonio…
            Fueron años de gratísimos recuerdos e inolvidables momentos.

            Unidos como una gran familia, celebremos con gozo los 75 años del colegio y agradezcamos que permanece abriendo caminos a la niñez y a la juventud como garantía de la familia del presente y como promesa de la familia del futuro.
            Disfruten de de esta celebración con un corazón agradecido. Lleven el gozo de la fiesta a sus hogares, porque Nazaret necesita expandirse y quien sino vosotros y nosotras tenemos como misión llevar esta Buena Nueva. Dios, dejándose guiar de su pedagogía divina, inventó la familia de Nazaret escuela de valores donde se forja la nueva humanidad. Si creemos esto, sigamos adelante. Sabemos a donde vamos y lo que queremos conseguir, porque es la escuela y la educación quienes podrán cambiar el rumbo de la historia.
                        Mª Belén Aragón